El fútbol en los 90 era fútbol en estado puro. Por eso lo añoramos tanto.
Todos recordamos aquellos futbolistas bigotudos, con barriga, pelo en pecho y rodillas sucias, sin espinilleras, que no se tapaban la boca para hablar en el campo y cuyo oficio, a parte del fútbol, era dar patadas.
En aquella época se jugaban los partidos con lluvia o nieve, con salpicaduras de barro. Las camisetas eran talla XXL y las calzonas dejaban ver medio muslo.
En los 90 se iba al estadio con un bocata y una bufanda tejida amarrada a la muñeca.
Nuestra nueva bufanda está inspirada en aquellos maravillosos años de manquepierda.
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